CARPINTERÍA Y EBANISTERÍA

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Historia de la madera

La madera es una de las materias primas de origen vegetal más explotadas por el hombre que lleva utilizándose desde hace siglos. 

Nosotros, que trabajamos con diferentes tipos de madera para hacer escaleras, cuadros, cubre radiadores y todo lo que a uno se le puede ocurrir fabricar con este material, sabemos bien que se trata de un recurso renovable, orgánico y sostenible. 

Las características de la madera varían según la especie del árbol del que procede y las condiciones del lugar donde ha crecido. Hay algunas características comunes en casi todos los tipos de maderas. 

Maderas blandas: Proceden de los árboles de rápido crecimiento como álamos, sauces, pinos, etc. Suelen ser de colores generalmente muy claros y con ellas se fabrica el papel. 

Maderas finas: Se utilizan mucho en el arte de la escultura y en arquitectura para  fabricar muebles, instrumentos musicales, etc, y generalmente suele ser el ébano, el abeto o el arce. 

Maderas resinosas: Son especialmente resistentes a la humedad. También se usan para fabricar muebles y algunos ejemplos pueden ser el ciprés o el cedro. 

Maderas duras: Proceden de árboles de hoja caduca y son de lento crecimiento. El roble o el nogal son algunos ejemplos y son muy característicos en el suelo de parqué, en construcciones y en muebles. 

Maderas prefabricadas: como su nombre indica, son maderas que se elaboran de restos de otras maderas aprovechando los restos del corte. Es el famoso aglomerado, los tableros o el contrachapado. 

Con la madera el hombre ha hecho de todo a lo largo de la Historia, desde los primeros fuegos hace más de 1,5 millones de años en yacimientos africanos, a lanzas y arcos de madera para la defensa, palafitos, cabañas, se ha utilizado para el arado, la rueda, las barricas en el Imperio Romano, en las embarcaciones, en artesanía, en máquinas de  guerra, en las tallas de arte, en la construcción y tantos otros cientos de elementos que han permitido evolucionar a todas las Civilizaciones. 

Historia del mueble en la antigüedad

La Historia del mueble está íntimamente relacionada con la del arte, aunque en el caso del mobiliario la creatividad es limitada, puesto que siempre tendrá un sentido de uso y funcionalidad para las personas. 

Se trata de arte decorativo aunque el mueble tiene un origen humilde surgido de la necesidad del hombre de encontrar comodidad. 

Tradicionalmente ha sido considerado como un arte menor o artesanal, sin embargo en determinadas épocas llegó a tener un auge relacionado con el diseño y la forma de entender la vida en cada época. 

Tenemos referencias del mueble por primera vez en el Neolítico. Sabemos por ejemplo,  cómo se hacían los muebles en el antiguo Egipto gracias a las cámaras mortuorias de las pirámides. Conocemos sus diseños, los materiales y las técnicas que empleaban. Por ejemplo, sus ensambladuras se hacían por caja y espiga sin apenas clavijas de madera, y tenían revestimientos de oro y plata cuando se trataba de grandes personalidades. Utilizaban cedro, ciprés o fresno. Curvaban las estructuras utilizando calor y empleaban tintes pigmentados. 

Sin embargo, los muebles en la antigua Grecia eran más sencillos, prácticos y sobretodo, más accesibles a la población. La contribución más relevante que hizo la civilización griega al mueble fue la silla “klismos”, los taburetes de patas rectas “diphros”, los klines (camas) y  las “arkas” (arcones). 

Los romanos por otro lado, fueron influidos por todas las culturas que conquistaron, y la que más influyó en ellos fue la griega. La madera fue sustituida por otros materiales dejándola solo para los elementos imprescindibles que solo podían ser fabricados por este material. 

Uno de los elementos más característicos del mueble romano es la butaca en forma de medio tonel, pero también hay constancia de otra variedad de sillas y sillones. La silla “sella curulis” es la más popular.